Las primeras referencias documentales sobre la cal datan de 1641, como se desprende de un documento contenido en los Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura
Atento a que los caminos reales están por la invernada incomodas, mandaron que el día último de este mes se limpie el camino del Valle del Horno de Cal, que va para El Espinal, Maninubre y otras partes, por los vecinos del Espinal, Maninubre, Casillas, Bajamangas y Triquivijate.
La cal está en el origen de la mayor parte de las estructuras que se levantan en la isla y sirve durante largo tiempo como acicate económico, exportando la cal, en piedra o ya elaborada, a otras islas del archipiélago. En la construcción de las viviendas, aljibes, molinos, el albeo de las casas... la cal era un ingrediente imprescindible. En el único trabajo específico que hemos encontrado se aborda de manera integral el procesado de la cal y permite hacernos una idea de lo implico la explotación de la piedra de cal para los majoreros. Un ejemplo de ello es la ordenanza que se publica en 1662 señalando que
... por no haber llovido se espera gran ruina y despoblación, pues no tiene trigo la isla ... se acuerda se cierre nuevamente la saca de trigo y cebada, y si algún barco viniere a cargar, lo haga solamente de ganados y piedra de cal. ..
En la actualidad el único conjunto que ostenta la categoría de Bien de Interés Cultural es el de los Hornos de Cal de la Guirra (Antigua), a pesar de que si gozan de esta categoría casi todos los molinos y molinas de Fuerteventura y todas las ermitas.
La piedra caliza o Carbonato Cálcico (C03Ca), calentada entre 900° y 1.000° produce la piedra de cal viva, óxido de calcio (CaO), desprendiendo en la combustión monóxido de carbono (COz). Esta piedra de cal viva se mezcla con agua (HzO), formándose el hidróxido cálcico [Ca (HO)z] o cal apagada. La cal apagada al ser puesta en obra se recarbonata, volviéndose a formar a través de los años el carbonato de calcio primitivo por absorber el anhídrido carbónico de la atmósfera.
El horno doméstico o calera, tiene forma de tronco de cono invertido, abierto por una generatriz en una anchura aproximadamente de un metro. Su emplazamiento puede ser en un terreno totalmente horizontal, ya que la carga y de carga se efectúa por un lateral. Está construido de cualquier tipo de piedra abundante en la zona y revestido interiormente de barro, para evitar la descomposición de la misma. Su diámetro y altura oscilan entre los dos y tres metros. En su interior está la hornilla, que consiste en un hoyo de menor diámetro que el horno, y una profundidad de unos dos metros: es la cámara de combustión del horno.
El horno industrial era del tipo de cuba, en sus diferentes variedades, con cámara cilíndrica, a veces ensanchada en el centro, y en algunos casos recubierta de ladrillo refractario -hornos de La Guirra (Antigua)- o sencillamente embarrada. La estructura era de mampostería en seco, con una anchura en la base que superaba en algunos casos los dos metros, con el objeto de contrarrestar los empujes producidos en la cocción. En la parte inferior estaba el hogar u hornilla por donde se extraía la piedra de cal una vez cocida.
En función del tipo de combustible, podemos distinguir dos grandes grupos de hornos. El doméstico o "calera" de producción intermitente, quemado con plantas xilófilas, tipo aulaga, generalmente de pequeña capacidad (entre 300 y 600 fanegadas por hornada, 10-20 Tn.); y el horno industrial que utiliza de combustible el carbón mineral de llama larga, de producción en serie, que funciona ininterrumpidamente y con un rendimiento diario entre 200 y 400 fanegadas (6,12 Tn.).
La elaboración de la cal en un horno de estas características, lleva consigo un proceso laborioso y penoso, que podemos resumir en las operaciones siguientes:
Luego, a las cinco de la tarde, hora de salida del personal, se le prendía fuego a las aulagas en la hornilla, que hacían prender la leña y el carbón. Era común que en esta mezcla se introdujeran cáscaras de almendras, debido a su propiedad combustible. El horno podía estar alrededor de cuatro o cinco días ardiendo. La proporción en la mezcla de los elementos de combustión era importante: si se echaba mucho carbón, la piedra salía quemada, si llevaba poco, salía cruda. Si a los tres o cuatro días de encendido el fuego, el humo salía rubio, significaba que el carbón ya estaba ardiendo. A los cinco días, o incluso seis, se iban sacando las camadas inferiores, y a partir de la segunda, la piedra de cal ya estaba guisada.
El horno se considera quemado cuando la llama que sobresale por la parte superior, pierde el color azulado, y el montículo "colmo" asienta a ras de la obra, debido a la pérdida de agua y disminución de volumen de la
piedra.
La calera, generalmente, no se quemaba con fines lucrativos, este sistema de elaboración de la cal, requería mucha mano de obra y la producción no corresponde al esfuerzo realizado. Los hornos domésticos se construían y quemaban, más bien, en función de las necesidades puntuales de una familia o comunidad, para la construcción de una obra determinada.